Eficiencia, velocidad y simplicidad son las tres palabras con las que se pueden calificar las utilidades de los almacenes inteligentes, ya que son un sistema práctico que en los últimos años han usado los grandes operadores logísticos para agilizar la atención al cliente final.
Primero que nada es necesario saber que los almacenes inteligentes son el siguiente paso de los almacenes automáticos. Los primeros incluyen la Inteligencia Artificial (IA), mientras que los segundos son bodegas donde se utilizan sistemas robotizados para trasladar la carga, como los transelevadores.
Se conoce como transelevadores a los equipos mecánicos con la forma de una torre, aptos para elevar cargas de hasta 7.5 toneladas, en espacios de 1.10 metros de ancho como mínimo y 50 metros de alto.
Con la evolución de los almacenes automáticos en almacenes inteligentes, se pasa de la mera acción mecánica de las máquinas, a la integración de cada tarea de bodegaje en un solo sistema, como la entrada y salida de mercancías, su cubicaje y traslado interno.
Los almacenes inteligentes combinan la capacidad del hardware o robots que llevan a cabo tareas automáticas de carga y traslado; y el software, programas tecnológicos que controlan a los robots, miden y entregan data al personal.
Veamos a continuación cuáles son todos los elementos que conforman la logística 4.0 en las bodegas.
La unión de tres partes, IoT, IA y Big Data
Con el Big Data las empresas de almacenamiento pueden analizar gran volumen de información, como la cantidad de veces que se llevó una unidad de carga a un estante específico. La Inteligencia Artificial (IA) puede tomar esos datos y convertirlos en indicadores para la toma de decisiones.
Estos datos los recibe el personal en sus dispositivos, allí ellos únicamente deben encargarse de elegir qué desean hacer, optimizar o controlar.
Finalmente, el Internet Industrial (IoT), el cual permite conectar equipos electrónicos entre sí, tomará los análisis que se hayan hecho por la Inteligencia Artificial y los llevará a los robots, quienes tomarán una ruta ya marcada para llevar la carga al estante que le corresponde, cada vez de la misma manera si no hay intervención humana.
Cobots y vehículos AGV
Los cobots traducen robots colaborativos. Son máquinas pequeñas, ágiles, fáciles de programar que ayudan a las personas en las tareas de producción y almacenamiento.
Por su parte, los AGV o vehículos guiados automáticamente son carretillas que se desplazan por tierra llevando la carga a través de hilos, a veces invisibles para el ojo humano. Estos hilos son una marcación debajo del suelo que envía una señal a los vehículos y les indica que camino tomar.
Gracias a los AGV y el IoT, las empresas se ahorran el dolor de cabeza que causan los accidentes, puesto que estos vehículos pueden anticiparse a obstáculos que aparezcan en su ruta.
Sistemas de identificación por radiofrecuencia
Estos sistemas, también conocidos como etiquetas RFID, son la nueva manera de comprobación de mercancía y embalaje.
En otras palabras, las etiquetas RFID son la evolución del código de barras. Si antes era necesario leer el código de cada unidad individualmente, ahora es posible conocer la ubicación de toda la mercancía.
Esto ocurre debido a que las etiquetas RFID son chips con amplia capacidad de almacenamiento de información y además, con el poder de transmitir ondas de radiofrecuencia.
Software de Gestión de Almacenes Inteligentes
Todos los elementos nombrados anteriormente estarían incompletos sin la utilización de un software de gestión de almacenes (SGA). En este sistema es donde reposa toda la información de lo que sucede en bodega.
Un SGA permite tener una visión global del stock, la mejor organización, la ubicación actual, la fecha de entrada y de salida, entre muchos otros datos. Y si se trata de un software de logística como el que contamos en Quick, toda esta información se verá reflejada en tiempo real.
Con Quick, además, es posible conectar la gestión de almacenamiento con la distribución, el transporte y la entrega al cliente final.
Entre las ventajas de los almacenes inteligentes se cuentan muchas, por nombrar algunas de ellas hablamos del aumento de la productividad, la reducción de accidentes laborales, la ampliación de la capacidad de almacenaje en bodega y la previsión de la cantidad de mercancías que se necesitarán.
No obstante, para las pequeñas y jóvenes empresas que recién incursionan en el mercado, los costos de modernizar un almacén pueden traerles pérdidas a corto plazo. Los analistas sugieren que en una primera etapa el retorno de inversión puede tardar entre 4 y 7 años. Un tiempo impensable.
Lo mejor es analizar la situación actual y decidir qué es lo más conveniente para la empresa. La industria avanza a pasos agigantados, pero siempre es necesario posicionarse en el momento actual.