Las cadenas de suministro son como la luz, cuando la prendes y apaga no te pones a pensar en qué pasó para que la luz llegue a tu oficina. Solo te preocupas cuando un día vas a prender la luz y no funciona” Ricardo Ernst , profesor de logística y operaciones globales en la Universidad de Georgetown. Tomado de: CNN en español .
En el mes de Marzo, el gigante portacontenedores Ever Given, se quedaba completamente atascado en el Canal de Suez, paralizando más de 400 embarcaciones, ocasionando una pérdida de US$10.000 millones a diario. ¿Lo recuerdas? Pues bien, éste fue tan sólo el inicio de las secuelas que dejaba a su paso el cierre de fronteras a causa del COVID-19.
Los planes de vacunación no han avanzado según lo pensado por la OMS (Organización Mundial de la Salud), en conjunto con los gobernantes de cada país, obstaculizando el flujo de transportistas en los diferentes puertos del mundo, creando un colapso de personal, productos, mercancías, itinerarios y varios factores más que han perjudicado la logística internacional.
Como si fuera poco, la industria naviera se encarga de transportar el 80% de los productos que se comercian en el mundo. Un dato que no es nuevo pero que si se hubiese tenido en cuenta dentro del plan de vacunación, las condiciones laborales de los trabajadores del transporte habrían sido diferentes. ¿Por qué? La variante Delta del coronavirus, ha llevado a muchos países a impedir el acceso a tierra de los marineros, obligándolos a trabajar de corrido, sin descanso, ni mucho menos cambio de turno.
El problema no yace únicamente en el plan de vacunación, a decir verdad, en muchos puertos del mundo, si el transportista aún no está vacunado, lo más probable es que le apliquen la dosis de inmediato. No obstante, si la presentación del carné de vacunación es un requisito de ingreso, cada país cuenta con la potestad de exigir a los inmigrantes una determinada marca de vacunas para poder pisar suelo extranjero.
“Según un informe sobre la fuerza laboral de la Cámara Naviera Internacional y el Consejo Marítimo Internacional y del Báltico, muchos trabajadores del sector transportista, quienes dependen de sus campañas nacionales de vacunación, en especial los de países en vías de desarrollo con menos acceso a las vacunas, seguirán padeciendo condiciones laborales insostenibles.” Tomado de: New York Times – La crisis de la cadena de suministro es una crisis de mano de obra.
Tal vez, ésta sea una de las razones más notorias en la mayoría de los casos, pero que a decir verdad, resulta difícil de creer que los transportistas sean tratados como turistas, sin tener en cuenta que sólo están cumpliendo con su deber.
La congestión en los puertos, el alto costo de los fletes y los retrasos de las navieras, se han traducido en un dolor de cabeza para millones de latinoamericanos en épocas decembrinas. A esto, se le suma la depreciación de las diferentes monedas de la región y el reclamo constante de que “el salario ya no alcanza”.
Si se habla de gastos, el costo de vida en Argentina subió un 52,1%, mientras que en Brasil se alzó el 11,1%, en México un 6,2%, en Chile un 6%, Perú 5,8% y Colombia, subió un 4,5% en octubre con relación al mismo mes del año inmediatamente anterior.
Los productos o servicios que más sufrirán un alza en sus precios son la comida, la gasolina, el gas y la energía eléctrica. Al ser elementos de primera necesidad, son las familias más vulnerables las que padecerán los efectos del incremento del costo de vida en América Latina.
Para contextualizar, en Octubre de éste año en comparación al anterior, el aceite para cocina en México, subió un 32%, mientras que los precios del aguacate y el gas de cocina, se encuentran por las nubes.
En Chile, la inflación llegó a su punto más alto en los últimos 13 años, por lo que el Banco Central continúa subiendo la tasa de interés para hacerle frente al aumento de precios.
Entre los productos que más han subido en el último año, se destacan: Servicio de transporte aéreo (79,5%), paquetes turísticos, gas licuado y gasolina.
Colombia, quien atravesó un periodo de controversia política y social, se enfrenta a una dura crisis económica para culminar éste 2021, sufriendo un alza en los alimentos, bebidas NO alcohólicas, alojamiento, agua, gas, electricidad y un país más que padece el alto costo de la gasolina.
Es cierto que cada país cuenta con una figura de poder al mando, quien es el encargado de legislar, a su modo, un territorio determinado, pero quienes tienen, gracias a su historia, un poder legislativo más amplio y que traspasa fronteras, pueden convertirse en la voz de mando en épocas de crisis. Por eso “Washington ha comenzado a tomar medidas para resolver el problema. En el verano, el presidente Joe Biden anunció la formación del Grupo de Trabajo para las Interrupciones de la Cadena de Suministro con el fin de reducir la presión sobre el flujo del comercio hacia Estados Unidos” Tomado de: New York Times – La crisis de la cadena de suministro es una crisis de mano de obra.
El puerto de Los Ángeles, junto con Long Beach, tendrán jornadas de trabajo las 24 horas del día los 7 días de la semana, una jugada inteligente que aliviana el flujo de contenedores en el continente.
Sin lugar a dudas, la caída de las cadenas de valor a lo largo del mundo, han traído complicaciones para cada cliente, usuario, proveedor y persona del común, quien siente, en su bolsillo, las consecuencias de una reactivación económica tan fuerte que no se contemplaba ni en los mejores libros de ventas, pero que la inflación en cada país de comercialización, iba a ser aún más grande.